Hay dos acepciones cuando viajar se transforma en algo preocupante y hasta adictivo; la primera es alarmante, ya que los psicólogos la llaman dromomanía ( según la RAE) “una inclinación excesiva u obsesión patológica por trasladarse de un lugar a otro”.
Como tal no es una adicción, pero sí está asociada con falta de estabilidad y rutinas, problemas económicos, emocionales y la sensación de querer huir. Lo anterior apunta a revisar más bien aspectos psicológicos que se subsanan con un viaje o un cambio de sitio y no tanto por el hecho de emprender una ruta.

Tenemos en segundo lugar el Síndrome de Wanderlust, este estilo de vida se ha destacado los últimos años: son personas principalmente nómadas, curiosas, trabajadores en línea y espíritu viajero que defienden principios austeros, improvisación y el compartir experiencias.
Ahora, si en algún caso se vuelve hedonista este estilo de vida, te hace faltar a tus responsabilidades y se vuelve más ocio que sólo variar tu rutina, entonces podríamos realmente preocuparnos.

Hay mucha gente que siempre está buscando una excusa para viajar o gente que viaja por negocios. Es cierto que está de moda viajar, sin embargo hay algunas señales que puedes atender para saber si estás cayendo en una adicción o sólo hace falta desconectarte.
Es importante la opinión de tus allegados, ellos tienen un punto de vista más objetivo sobre tus conductas.
El elemento esencial de todos los trastornos adictivos es la falta de control.
La experiencia puede empezar por el placer, pero si se inclina de lado que llegue a dominar tu vida y sea prioridad hasta el descuido de tus actividades habituales, o bien, percibes una sensación de no satisfacción, entonces estaríamos del lado de la adicción y habría que revisar tu perfil psicológico.
Fuentes:
https://www.20minutos.es/viajes/actualidad/que-significa-wanderlust-origen-adiccion-viajar-5117978/
https://www.traveler.es/viajeros/articulos/adiccion-a-viajar/11380
