«Normalmente, quien es dependiente cree que, en compañía de esa pareja, no va a experimentar tales emociones, o que las experimentará en menor medida. Así, el sufrimiento será menor junto a la pareja«.
La dependencia emocional pasa siempre desapercibida, nuestras sociedades occidentales omiten a veces los rasgos psicológicos y probablemente, una de las causas sea lo cultural.

Sabemos que el amor romántico viene a colación y sigue reflejando formas de relacionarse dependientes. Se ven casos donde la salud emocional de una persona depende de que alguien le corresponda y, aún más, le “pertenezca”.
Digamos, que es una adicción comportamental. De hecho, la persona que sufre dependencia emocional experimenta:

- Craving (impulso irresistible, compulsivo) hacia la otra persona
- Falta de control sobre este deseo
- Perseverancia en este comportamiento a pesar de las consecuencias negativas
- Cambios de humor e irritabilidad si la persona no satisface su deseo respecto de la otra
Muchas veces, estos síntomas pasan desapercibidos como símbolos «normales» del enamoramiento. Sin embargo, hay que estar alerta a su presencia, ya que pueden provenir de carencias personales o incluso de traumas en la infancia.

Contrarrestar dependencias emocionales implica escuchar y atender las necesidades propias, quererse y aceptarse.
Algunas recomendaciones son:
- Silencio
- Bajar el ritmo cotidiano
- Autoconocimiento personal
- Trabajo psicoemocional en la relación con uno mismo
- Pregúntate: cómo me siento y qué necesito aquí y ahora
- Cuáles son mis valores y lo importante para mí mismo
- Tiempo de calidad con uno mismo
- Fomentar espacios de autocuidado y una red social con la que me sienta en armonía
- Actividades que estimulen la independencia
Fuentes:
https://www.adictalia.es/noticias/dependencia-emocional-y-adiccion
