Cuando alguna molestia aparece es muy común buscar el remedio, sin embargo algunos pueden llevarnos a la adicción. Hay casos como el de la piel roja y algunos medicamentos que tienen efectos secundarios. En esta nota te contamos todo al respecto.

Hay relación con un uso anormal de los dermocorticoides, ya sea abusivo o inadecuado.
Los síntomas más comunes son:
- el enrojecimiento es el signo casi constante
- lesiones pápulo-pustulosas (“granos” parecidos a los del acné)
- sensaciones de ardor
- hormigueo
- picor
- hinchazón
- piel seca y/o descamada
- dolor
- sensación de sofoco en la cara amplificada por el calor o el sol
Hablemos de estadísticas. ¿En qué condiciones afirman las mujeres haber usado los dermocorticoides? De forma casi sistemática, se aplicaron los dermocorticoides en la cara (en el 97% de los casos), bien por un eczema atópico o por otras situaciones (deseo de aclarar la piel, acné, rosácea…). Muchas veces, se usaron por inercia y sin una consulta médica previa.

Si se trata de una erupción que ha aparecido tras la interrupción de un tratamiento prolongado con una crema a base de cortisona, el médico probablemente indicará un tratamiento alternativo a los dermocorticoides y puede recomendar la aplicación de compresas de agua fría, que calman la inflamación, así como un posible apoyo psicológico.
Lo primero que hay que hacer es acudir a un dermatólogo especialista, ya que no debe confundirse con un brote de eczema, una alergia de contacto o incluso una infección cutánea (una de las complicaciones del eczema).

No por pensar que es una crema debes subestimar su uso, hay algunas secuelas y más si se abusa de los tratamientos tópicos, se puede tratar de una erupción que ha aparecido tras la interrupción de un tratamiento prolongado con una crema a base de cortisona.
Las dependencias alertan que estos medicamentos pueden causar el desarrollo del síndrome de Cushing, un trastorno hormonal que adelgaza brazos y piernas y puede sacar estrías. Así que ten más cuidado cuando trates este tipo de enfermedades, ya que las medicinas no son un juego.
Fuentes:
