Tanto nos bombardearon con el horror de ser gordos, que ahora somos adictos al ejercicio y a estar en el gimnasio a diario.
Ya sea por estatus, por querer pertenecer a un círculo social determinado o por baja autoestima, todo menos por salud, ir al gimnasio se ha convertido en una necesidad para muchos tanto así que gastan miles de pesos en pagar la mensualidad y sus respectivas proteínas o incluso sustancias que aumentan la musculatura.

El ejercicio no tiene género y tanto hombres como mujeres han caído en la adicción de ir al gimnasio, hacer ejercicio causa una sensación de estabilidad, ya que al ejercitarse se libera dopamina que es la hormona de la felicidad. Por eso médicos y expertos en nutrición recomiendan ampliamente hacer como mínimo 30 minutos de ejercicio al día, pero hay quienes rebasan ese tiempo e incluso no lo hacen por salud, sino para su satisfacer su ego, esto hace que en muchas ocasiones lo hagan sin supervisión y que se lesionen de formas terribles.
El problema es que al no priorizar la salud y darle más importancia a la apariencia física y al aumento de musculatura se hacen cosas inequívocas, como cargar más peso de lo que el cuerpo podría soportar (lo que provoca hernias), consumir proteínas que el cuerpo no necesita o bien que contiene demasiados químicos, forzar al cuerpo más de dos horas al día a ejercitarse y situaciones que a la larga promueven el desgaste físico y emocional, ya que al convertirse en una adición difícilmente podrá la persona en cuestión dejar el gimnasio.
«Así, los expertos apuntan que la adicción al ejercicio suele ser el resultado de un fuerte deseo de mejorar la forma física y nuestro bienestar. ¿Hay personas con más riesgo de padecer este problema? Sin duda, las personas con problemas de imagen corporal, baja autoestima y escasa confianza en sí mismas suelen correr un mayor riesgo que las que no los tienen”.

En relación con lo anterior también hay que recalcar que aquellos que promueven el físicoculturismo suelen ingerir esteroides altamente adictivos, entonces un problema se agrava con el otro y se convierte en una adicción destructiva.
De hecho, la adicción al ejercicio está relacionada con trastornos alimenticios como la bulimia y la anorexia, es decir, el ánimo por querer ser delgado es factor para que se genere esta enfermedad. Por fortuna ya existen centros de rehabilitación enfocados a superarla.

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