El captagon es una sustancia sumamente adictiva y muy barata, pensada para hacer adictas a muchas personas pobres que no van a poder desengancharse de ella.
Esta droga se creó en el Medio Oriente y es muy conocida en el mundo de la cultura árabe, ya que en la década de 1960 el captagon era utilizado como medicamento para controlar la depresión, la ansiedad o problemas relacionados con el déficit de atención, sin embargo, cuando se descubrió que podía ser altamente adictivo lo sacaron del mercado y fue prohibido.

Se le llama la «cocaína para pobres» porque su valor es «accesible», su producción tampoco requiere de grandes cantidades de dinero, además de que en Siria es casi industrial y en grandes niveles; investigaciones internacionales apuntan a que incluso el gobierno Sirio junto a empresarios del mismo país son los encargados de otorgar los espacios y la maquinaria necesaria para hacerla realidad, esto debido a que la guerra ha hecho que Siria se encuentre como un «Estado fallido» y los ha obligado a encontrar maneras de sostener su economía, aunque el gobierno lo niega.

Al captagon lo comparan con la cocaína porque tienen los mismos efectos «quita el hambre, el sueño, los hace más productivos», pero también tiene los mismos efectos, ya que pueden sufrir de taquicardia, volverse agresivos y genera en el cerebro la misma adicción a esta sustancia que suele ser vendida en píldoras, de esta forma la venden a países como Italia.
El captagon al producirse casi industrialmente genera millonarias ganancias a los narcotraficantes que se dedican a ella y por supuesto a quienes están involucrados en el «negocio». Los consumidores deben conocer todo lo que se necesita para crearla, ya que «hay que tener en cuenta que el captagon también ha evolucionado de su fórmula, basado en la anfetamina, para abarcar dosis mayores de anfetamina y en muchas ocasiones también se le añaden otros agentes dañinos, como cobre, zinc, quinina, pseudoefedrina y otras sustancias».
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