La ciencia dice que hay quienes son adictos a iniciar relaciones de pareja, por eso no pueden durar mucho tiempo con nadie, necesitan la novedad para sentirse bien. El “no eres tú, soy yo” sí aplica en estos casos, ya que la necesidad de sentirse hiperestimulado con una nueva relación puede ser causa de que una persona constantemente necesite cortar un vínculo para comenzar otro.

La adicción a los nuevos comienzos se refiere más precisamente a la adicción a la estimulación que recibe el cerebro al tener un vínculo nuevo con una persona, es decir, se vuelve una necesidad conocer gente y formar una relación sentimental para después desecharla e ir por otra.
Lo anterior tiene una explicación científica, ya que como bien lo dice la psicóloga Lara Ferreiro, “la persona se va porque lo que encuentra estimulante es ese nuevo comienzo. Este nuevo comienzo activa el circuito de recompensa que está en el cerebro y segrega dopamina, lo que produce tanto enganche y genera la adicción”.
El estímulo generado por la novedad no es necesariamente sólo con las relaciones de pareja, sino también con relaciones de amistad o en el propio trabajo.
El siglo XXI está lleno de hiperestimulantes gracias al internet, las redes sociales y WhatsApp, así como apps parecidas a Tinder, que hacen a la sociedad tener mucha más facilidad de conocer personas afines a ellos y cuando se aburren buscar a alguien más que pueda reemplazar esa sensación de novedad se vuelve fácil y rápido, así hasta volverlo un círculo adictivo.

Debido a que la adicción es de carácter conductual, lo recomendable por expertos es asistir a terapia una vez que se detectó el problema para poder comenzar a conocer cuáles son sus causas y dejar poco a poco esa necesidad. Es complicado, ya que el cerebro asimila los nuevos comienzos como recompensas y produce felicidad, sin embargo, este efecto suele durar de cinco a seis meses para que dé lugar al aburrimiento y los afectados sean ambas partes.
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