“Si tu mal tiene remedio, ¿por qué te quejas?
Si no lo tiene ¿por qué te quejas?”
-Proverbio oriental-
Hay personas que simplemente no pueden dejar de quejarse, son adictas a manifestar su malestar y hacérselo saber a los demás. Está comprobado que a través de la queja el cuerpo elimina cierto tipo de estrés, asimismo la queja se convierte en una forma de comunicación entre las personas.
Quejarse va más allá de una simple forma de sacar frustraciones, ya que puede volverse un hábito concurrente difícil de dejar.
Ahora bien, la queja es algo que deviene de la propia personalidad, ya que quienes recurren a ella todo el tiempo suelen ser personas poco propositivas y muy perezosas para resolver por sí mismos sus problemas, al ser esta una conducta evitativa frena a las personas y las paraliza para no responsabilizarse de sus propias acciones.
La queja es una manera de reflexionar acerca de lo que no les agrada a las personas y una vía para tomar decisiones importantes que llevarán a hacer cambios en su vida, sin embargo, la sociedad se encuentra en un punto en donde cree que lo mejor es quejarse para que alguien más atienda dicha problemática y se vuelve un ciclo sin fin.
La adicción a quejarse no es como otras adicciones, ya que ésta baja la vitalidad y la autoestima de quienes la padecen, pero el hecho de sentirse cómodos bajo un nivel de responsabilidad menor sobre sí mismos es lo que los hace estancarse en este hábito que parece ser un espiral para ellos.
La terapia psicológica es altamente recomendada para comenzar a cambiar la manera en que las personas se relacionan con la queja y en lugar de quedarse únicamente con ese pensamiento negativo, comenzar a actuar y tomar el rol de líder en su propia vida.
Fuente:
somosadiccion.com 