Especialmente en adolescentes la pornografía es peligrosa, sus efectos a largo plazo son muy dañinos y encima hay un alto riesgo de adicción si no se controla a tiempo.
Los efectos de la pormografía en el cerebro han sido estudiados en adultos, ya que son la población que mayormente consume este contenido, sin embargo, las consecuencias en adolescentes son aún más caóticas y aunque está prohibida para los menores de edad, lo cierto es que el internet es libre y fácil de usar, y si no cuentan con la supervisión necesaria, acceder a este tipo de páginas no es imposible.

Los expertos en psicología aseguran que el cerebro de un adolescente está todavía en desarrollo, por lo que aún se les dificulta discernir entre lo que es realidad de lo que es ficción, por lo que ver pornografía constantemente no sólo los incita a copiar las conductas sexuales que visualizan y a creer que es correcto todo lo que encuentran en internet, sino que también aumenta su apetito sexual a muy temprana edad sin una educación sana al respecto para conocer los riesgos, así como conocer los distintos preservativos.
De forma psicológica y emocional les afecta negativamente en sus relaciones emocionales, ya que si consumen pornografía violenta en la mayoría de los casos se presetarán como personas con emociones difíciles de controlar como la ira, otra variable que incide en ese comportamiento y que se mezcla con este fenómeno es el pertenecer a una familia disfuncional.

Hay una asociación entre las familias violentas, el uso de pornografía y el consumo de sustancias dañinas para la salud como el alcohol, el tabaco o incluso las drogas, estos factores combinados pueden hacer que la adicción a la pornografía en adolescentes sea todavía peor.
Como toda adicción, se encuentran disponibles diversos métodos de terapia para poder tratarla de forma psicológica, por lo que hay que reconocer cuándo los adolescentes están pasando por esta enfermedad.
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