Una relación que hace daño, pero que no se puede dejar, resulta en una dependencia enfermiza y adictiva.
Una relación tóxica se refiere a un vínculo en donde las dos personas involucradas son incapaces de llegar a un acuerdo, sin embargo y a pesar de los conflictos que se pueden llegar a suscitar a raíz de su constante inconformidad, ambas partes siguen con la relación, ya que han generado una dependencia emocional.

Ser adicto a las relaciones tóxicas es posible y hay una explicación científica para ello, al estar en una relación en dónde solo una de las partes resulta beneficiada y otra resulta dañada psicológicamente puede llevar a cualquiera a generar una dependencia, pues en primera instancia resulta cómodo salirse con la suya y por otro lado la persona afectada presenta una autoestima tan baja que puede llegar a pensar que todo está bien, así es como actúa el sistema de recompensas en el cerebro.
“Las personas con dependencia emocional tratan de suplir carencias afectivas (puede que del pasado) y pretenden que el otro les dé lo que ellos mismos no son capaces de darse. Esta sensación les lleva a mendigar cariño y es cuando pueden empezar los desencuentros amorosos y fallidos”. (Diario de Sevilla)

Una de las principales razones, de acuerdo con psicólogos expertos en el tema de la dependencia emocional en relaciones tóxicas, son los traumas de la infancia y la baja autoestima, así como el narcisismo cuando se trata de una persona que es el generador de violencia psicológica o física en la relación, ambas partes se vuelven adictos a estar con la otra persona pues sienten que han encontrado lo que necesitan para ser felices y justifican todo con “el amor” hacia el otro.
El cerebro comienza a generar neurotransmisores, que al mismo tiempo también generan adicción al encontrarse en estabilidad por cierto tiempo con la pareja en cuestión, pero cuando las situaciones complicadas comienzan a presentarse esa necesidad de volver a ser estables es la que genera conductas destructivas y al mismo tiempo un profundo deseo por no dejar dicha relación.
Las personas que se vuelven adictas a las relaciones conflictivas tienen un patrón de comportamiento que los caracteriza y es por eso por lo que no pueden salir de ellas de una manera fácil.
Lo mejor es pedir ayuda psicológica para que poco a poco el problema pueda irse superando con el tratamiento adecuado.
Fuentes: