Luego de la crisis de adictos y muertes derivadas de la adicción al fentanilo, el gobierno mexicano ha planteado prohibirlo incluso con fines médicos, cambiándolo por otros fármacos que no generen esos daños.
Este es un tema sumamente importante y debatible entre los expertos del área de la salud y las adicciones, pues el fentanilo es un opioide que se utiliza para el control del dolor de muchas enfermedades así como para el 95 % de las cirugías mayores, en terapia intensiva y en pacientes con cánceres muy avanzados.

El gobierno de Estados Unidos ha hecho un llamado al Estado mexicano para actuar ante el desmedido tráfico de fentanilo que está llegando al país de forma ilegal, haciendo que miles de estadounidenses se vuelvan adictos y muchos mueran por sobredosis del mismo.
Por lo anterior el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo un comunicado sobre la posible prohibición de fentanilo en el país, lo que incluye que ya no se haga más en los laboratorios farmacéuticos ni que se compre fuera de México, lo que ha hecho que los expertos en el área de la salud se estén pronunciado al respecto.
«José Antonio Martínez, secretario de Salud de Puebla, indica que sustituir el fentanilo con otro fármaco es complejo y aclaró que el opioide que se usa es distinto a la fabricada en laboratorios clandestinos». (Contrareplica)

El fentanilo tiene un 80% más de éxito al ser utilizado como anestesia en cirugías que cualquier otro opioide, es por eso por lo que los cirujanos aconsejan no prohibirlo en México, además de que están seguros de que las grandes farmacéuticas no tienen nada que ver con su distribución ilegal; el fentanilo que se está usando como droga es creado en laboratorios clandestinos y es mucho más peligroso porque se mezcla con sustancias adictivas tal como la cocaína y la heroína, así lo han comprobado cuando en México se presentan casos de adicción al fentanilo.
Bien es cierto que ésta es una lucha en contra de las drogas en ambos países, pero también lo es que prohibir el fentanilo en usos médicos sería un retroceso en la medicina y le estaría quitando a los pacientes el derecho de vivir sin dolor.
Actualmente se sigue debatiendo la recomendación del presidente de México, sin embargo, el área de la salud está dispuesta a luchar en contra de su prohibición con evidencia científica sobre su función.
Fuentes: