Desde que comenzó la crisis sanitaria se nos pidió quedarnos en casa, sólo podíamos salir por lo necesario; los trabajos implementaron la modalidad de home office y nuestra rutina cambio por completo.
Aunque esas medidas se impusieron por nuestra salud, también hay un lado negativo en el aislamiento. Al no salir nuestras actividades se limitaron al espacio de nuestro hogar, pero entre más tiempo nos encontramos encerrados, los efectos del aislamiento se vuelven más evidentes y las adicciones han incrementando.
Hay quienes sufren de la adicción al trabajo, pues al trabajar desde casa los horarios se confunden. Entonces el tiempo que se hacían en el camino a casa lo usan para trabajar. Esto puede ser para sentir que cumplen con un propósito en esta época de incertidumbre.
Lo recomendable en estos casos es establecer horarios que nos permitan realizar nuestras actividades laborales pero también relajarnos.
También hubo personas que incrementaron su consumo de alcohol. Aunque no tiene nada de malo tomar una cerveza después de la jornada laboral, hacerlo con frecuencia puede causar problemas. Al final el alcoholismo es mecanismo de escape de la realidad, puede servir como un desahogo momentáneo, pero es preferible realizar otras actividades, como el ejercicio, para aclarar la mente.
Por otra parte también está la adicción al azúcar. Al encontrarse en casa muchos han subido de peso, pues no hay nada que les prohíba comer mientras trabajan.
Además con el ánimo bajo por la falta de interacción social comer algo dulce es reconfortante. El problema llega cuando excedemos nuestra dosis diaria y le hacemos caso a todos los impulsos de comer azúcar.
Lo mejor sería sustituir los alimentos azucarados por algo más sano.
Nosotros mismos somos los únicos que podemos evitar caer en estas adicciones. No tiene nada de malo trabajar, tomar una cerveza o comer cosas dulces, siempre y cuando lo hagamos con moderación.
Fuentes:
somosadiccion.com 